︎El reloj de después
Carlos M., 61 años
Te voy a contar cómo veo yo esta putada. Porque podrán llamarlo de mil formas: enfermedad, ataque, ictus… pero lo que es, en el sentido más estricto de la palabra, es eso, una putada. Para los que la vivimos y para quienes la viven con nosotros.
Yo he sido una persona que ha vivido muy en el hoy. Para mí mañana era un ya veremos, así que no esperaba mucho de él. Mis hijas se reían de mí cuando eran más pequeñas porque yo les decía que no dejasen para más tarde lo que podían hacer ahora, entonces ellas me decían que querían ir a Disneyland ahora. Son más listas que el hambre. Y entre unas cosas y otras no fuimos nunca, ¿ves tú?
Ahora la pequeña tiene 28, la mayor 35 y cada una tiene su vida, aunque desde hace 4 meses estoy más presente en las suyas de lo que me gustaría. Su madre falleció hace unos años y ellas se turnan para ayudarme con todo lo que pueden, que no es poco. Y a mí los días se me hacen eternos viendo todo esto desde fuera… Por eso cada vez que salgo de rehabilitación estoy deseando que llegue mañana para volver a recuperar todo lo que yo era. Con algo así te cambia todo de golpe, hasta cómo ves la vida, de no esperar mucho de mañana a tener toda mis esperanzas puestas en él. Yo solo quiero estar mejor y que mis niñas dejen de vivir esta vida para volver a vivir la suya.
Carlos M., 61 años
Te voy a contar cómo veo yo esta putada. Porque podrán llamarlo de mil formas: enfermedad, ataque, ictus… pero lo que es, en el sentido más estricto de la palabra, es eso, una putada. Para los que la vivimos y para quienes la viven con nosotros.
Yo he sido una persona que ha vivido muy en el hoy. Para mí mañana era un ya veremos, así que no esperaba mucho de él. Mis hijas se reían de mí cuando eran más pequeñas porque yo les decía que no dejasen para más tarde lo que podían hacer ahora, entonces ellas me decían que querían ir a Disneyland ahora. Son más listas que el hambre. Y entre unas cosas y otras no fuimos nunca, ¿ves tú?
Ahora la pequeña tiene 28, la mayor 35 y cada una tiene su vida, aunque desde hace 4 meses estoy más presente en las suyas de lo que me gustaría. Su madre falleció hace unos años y ellas se turnan para ayudarme con todo lo que pueden, que no es poco. Y a mí los días se me hacen eternos viendo todo esto desde fuera… Por eso cada vez que salgo de rehabilitación estoy deseando que llegue mañana para volver a recuperar todo lo que yo era. Con algo así te cambia todo de golpe, hasta cómo ves la vida, de no esperar mucho de mañana a tener toda mis esperanzas puestas en él. Yo solo quiero estar mejor y que mis niñas dejen de vivir esta vida para volver a vivir la suya.
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