![](https://freight.cargo.site/t/original/i/c2a145e40e4a48a0f11d3c06e2720834bae4063aee1c320e589f94a95908baee/320_ODD.jpg)
![](https://freight.cargo.site/t/original/i/3253366d56d06f2a6cc9f3ca03dc8dea2973c542c19a222cc70ca26af291c46d/324_ODD.jpg)
![](https://freight.cargo.site/t/original/i/65b12b3574c852f68b3593dce549a39f59cc49413e06c6965ef7128346ecb882/325_Utopicum.jpg)
![](https://freight.cargo.site/t/original/i/63c371e67bb8ee8a36f523ff8eef64b4d908c21778f61a127086cfd3cfac5cca/330_ODD.jpg)
︎El juguete de después
José M., 73 años
Mi padre era carpintero, así que cuando tenía algo de tiempo en el taller, cosa que no pasaba mucho, nos construía a mis hermanos y a mí algún juguete de madera. No sé a quién le hacía más ilusión, si a nosotros o a él. El que más recuerdo es un caballito que llevaba a todos lados. Recuerdo pasearme por el taller entre nubes de serrín, cuando salía del colegio. Vete tú a saber dónde estará aquel caballito ahora.
Pero cuando uno se hace mayor deja de jugar. Hasta que llegan los hijos, claro. Y bueno, más que los hijos, yo volví a jugar cuando llegaron mis nietas. A la mínima oportunidad que tengo para hacerles algún regalo de cumpleaños o en Navidad, les regalo un juguete de madera. Total, las maquinitas ya se las compran sus padres...
Quién me iba a decir a mí que años después los juguetes de madera volverían a mi vida. Es muy difícil describir la frustración y la impotencia de no ser capaz de hacer algo que sabe hacer un niño de 2 años. Pero bueno, por otro lado, es muy gratificante el día que lo consigues y tu cerebro lo vuelve a aprender para siempre.
José M., 73 años
Mi padre era carpintero, así que cuando tenía algo de tiempo en el taller, cosa que no pasaba mucho, nos construía a mis hermanos y a mí algún juguete de madera. No sé a quién le hacía más ilusión, si a nosotros o a él. El que más recuerdo es un caballito que llevaba a todos lados. Recuerdo pasearme por el taller entre nubes de serrín, cuando salía del colegio. Vete tú a saber dónde estará aquel caballito ahora.
Pero cuando uno se hace mayor deja de jugar. Hasta que llegan los hijos, claro. Y bueno, más que los hijos, yo volví a jugar cuando llegaron mis nietas. A la mínima oportunidad que tengo para hacerles algún regalo de cumpleaños o en Navidad, les regalo un juguete de madera. Total, las maquinitas ya se las compran sus padres...
Quién me iba a decir a mí que años después los juguetes de madera volverían a mi vida. Es muy difícil describir la frustración y la impotencia de no ser capaz de hacer algo que sabe hacer un niño de 2 años. Pero bueno, por otro lado, es muy gratificante el día que lo consigues y tu cerebro lo vuelve a aprender para siempre.
![](https://freight.cargo.site/t/original/i/af7a63603a905a80bb9fd12709ce5502845329d94922f369af2cc0700416def2/logocasaverde.png)
www.casaverdeneuro.com ︎ info@grupocasaverde.com ︎ 900 494 413